El acceso a los servicios de salud es un derecho universal que se encuentra establecido en la Constitución Mexicana en el artículo cuarto. Sin embargo, proveer de estos servicios a toda la población constituye un reto enorme para la mayoría de los gobiernos, no sólo en México.
Proveer de los servicios de salud que la población necesita implica valorar el modelo de seguridad social que adopta nuestro país, así como el nivel de gasto destinado a este fin, considerando el gasto público y el privado. Este boletín pretende explorar los diferentes modelos de salud que prevalecen en Europa, compararlos entre sí y con el sistema de salud mexicano. Adicionalmente, se hacen comparaciones del gasto público y privado en tres países que adoptan los distintos modelos.
1 Modelos de Seguridad Social (Salud)
En general, es posible hablar de dos modelos de seguridad social que incluyen la provisión de servicios de salud: Bismark y Beveridge. El primero fue adoptado por Alemania en 1883; el segundo se implantó en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial (1942). Las principales diferencias se exponen en el cuadro 1. En general, el modelo Bismark no pretende proveer servicios médicos a toda la población, mientras que el modelo Beveridge sí contempla tal objetivo. La manera de financiarse es diferente, el primero se hace a través de cuotas y pagos complementarios para servicios de hospitalización y farmacéutico, mientras que el segundo lo hace a través de impuestos pagados por toda la población. Otra diferencia es que en el modelo Beveridge los sistemas de salud están integrados, lo que hace que la provisión de servicios sea uniforme. Además, el personal médico se conforma de empleados públicos.
Comparando ambos modelos con el sistema de salud mexicano, se observa que éste tiene características de ambos modelos, pero se asemeja más al modelo Bismark, ya que cuenta con tres sectores que proveen servicios de salud: instituciones de seguridad social, sector público (Secretaría de Salud) y sector privado. Su financiamiento se realiza a través de cuotas que cubren los trabajadores y empleadores (IMSS, ISSSTE, etcétera) y pagos complementarios como en el caso del Seguro Popular para los deciles de mayores ingresos, por ejemplo.
En México, igual que en Alemania, se tiene libertad para asistir a un médico privado o a uno público; sin embargo, no es posible afirmar que los niveles de satisfacción de los pacientes son parecidos a los niveles de satisfacción que reportan los pacientes en Alemania. De igual manera, es sabido que el tiempo de espera para recibir atención médica en México es considerable y no comparable con lo reportado en el modelo Bismark.
Fuente: PiPP (2011)
2 Gasto en Salud
Por otro lado, con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se muestra que el gasto público en salud es diferente entre los tres países incluidos en este estudio. El gasto más alto lo reporta Alemania, el cual se ubica entre el 8.3% y 9.0% de su Producto Interno Bruto (PIB). El Reino Unido gastó en 2012, 7.8% de su PIB, mientras que en el 2000 gastaba 5.5%. Ambos países presentan gasto público en salud por encima del promedio de los países de la OCDE.
En contraste, México gastó en 2012, 3.1% del PIB (Ver figura 2a). En 2014 y 2015, con base en los Presupuestos de Egresos (PEF) correspondientes, este porcentaje es similar[1].
Los modelos de seguridad social, ya sea que contemplen protección universal o no, presentan un porcentaje de gasto privado, el cual se refiere, principalmente, a los recursos que los individuos gastan para atenderse con médicos y en hospitales privados. Lo interesante es la magnitud de este porcentaje. En Alemania, el gasto privado asciende a 2.7% del PIB (23.8% del total de gasto en salud). En Reino Unido, el sector privado aporta 16% del gasto total en salud del país, esto es 1.5% del PIB. El promedio del gasto privado en los países de la OCDE se ubica en 2.6% del PIB. En contraste, México gasta 3.1% de su PIB en gasto privado de salud y corresponde aproximadamente a 50% del gasto total dirigido a servicios de salud (Ver figura 2b).
Figura 2a. Gasto público en salud como porcentaje del PIB, 2000-2012
Figura 2b. Gasto en salud público y privado como porcentaje del PIB
Fuente: OECD (2014, 2013)
3 Comentarios finales
En México, los servicios de salud que proveen las diferentes instituciones son diversos. El paquete más parecido es el de atención primaria o preventiva, pero la atención secundaria y terciaria[2] difiere en gran medida. Es posible decir que en cuanto a atención de enfermedades, la cobertura no es universal.
Por otro lado, desde hace un par de décadas, el gobierno federal ha hablado de proveer a la población mexicana con servicios de salud de manera universal. En 2003 se llevó a cabo la reforma de salud que dio paso a la creación del Sistema de Protección Social en Salud (Seguro Popular), con el que se logró afiliar aproximadamente a 100% de la población a alguna institución de salud, pero esto no quiere decir que toda la población tenga acceso efectivo[3] a atención médica.
El gasto que México destina a salud está por debajo del promedio que los países desarrollados gastan en este rubro. Incluso un país con un modelo de seguridad Bismark como Alemania, al cual el sistema de salud mexicano se asemeja más, tiene un gasto en salud mas alto y la proporción del gasto privado es menos de la mitad de lo que se gasta en México de manera privada.
Por tanto, si queremos hablar de universalizar los servicios de salud en México, deberíamos empezar por unificar paquetes de salud, hacer el gasto en salud más eficiente y evaluar si éste debería aumentar y finalmente disminuir considerablemente el gasto privado.