Bajas tasas de extracción de crudo ligero y la falta de suministro de materia prima y de recursos financieros suficientes han causado que el Sistema Nacional de Refinación (SNR) opere a tasas de eficiencia menores que las del promedio mundial. Por ello, la política de petrolíferos se ha enfocado en la importación de éstos, con el fin de satisfacer la demanda nacional. Por lo tanto, para alcanzar un mayor grado de seguridad energética (uno de los objetivos bandera de la próxima administración), será necesario tomar en cuenta los factores mencionados en el presente boletín.
1 Introducción
Dado que el petróleo crudo no tiene uso ni genera energía per se, éste se somete a un proceso de conversión llamado refinación, con el fin de separar sus componentes útiles, además de adecuar sus características a productos que demande la sociedad. Este procedimiento se realiza en refinerías, donde se transforma en productos refinados, como petroquímicos y petrolíferos (gasolinas, diésel, gas licuado, turbosina, entre otros) . El objetivo de este boletín es reconocer las principales causas por las que el Sistema Nacional de Refinación (SNR) ha disminuido la producción de petrolíferos en los últimos 18 años, así como mencionar las implicaciones que ha tenido en cuanto a importación de estos.
Dentro de las causas por las que la refinación en México ha caído en los últimos años, se identifican tres principales, las cuales, a su vez, son interdependientes entre sí:
- Menor producción petrolera que, además, ha estado conformada, principalmente, por crudo pesado.
- Ineficiencias de operación en las refinerías.
- Presupuesto precario a Pemex Transformación Industrial1 (Pemex TRI; unidad de Pemex encargada de la refinación de crudo).
2 Causa 1: Menor producción petrolera
Una razón por la que la refinación en México ha disminuido, es la falta de materia prima; es decir, petróleo crudo, cuya producción en los últimos 18 años se redujo 37.3%, a una tasa anual promedio de -2.6% (ver figura 1). Adicional a esto, el SNR fue diseñado para procesar crudos ligeros con una densidad de 38 a 39 grados API2 y bajo contenido de azufre. Sin embargo, como refleja la figura 1, la mayoría del petróleo extraído en México es de 21 a 22 grados, catalogado como pesado.
Esto signfica que el SNR, compuesto por seis refinerías, que son propiedad de Pemex TRI, se encuentra relativamente incapacitado para producir petrolíferos a partir de crudo mexicano. No obstante, así no fue en un inicio; el SNR logró satisfacer el total de la demanda nacional hasta 1996. Como respuesta a ello, en 1999 se iniciaron proyectos de reconfiguración de refinerías, con el fin de incrementar la capacidad de procesar crudo pesado . El procedimiento se completó para el complejo de Madero (2003), Cadereyta (2003) y Minatitlán (2011), respectivamente; la reconfiguración de Tula y Salamanca está en operación, mientras que, la de Salina Cruz, en planeación.
A raíz de los factores mencionados, México cuenta con un sistema de producción y refinación complejo, donde se extrae crudo pesado, pero se refina crudo ligero (ver figura 2).
3 Causa 2: Ineficiencias en la operación de refinerías
La principal causa por las que las refinerías mexicanas operan por debajo de su capacidad instalada, es el número de paros no programados3. Estos, a su vez, pueden suceder por falta de suministro de hidrógeno, agua, vapor, electricidad, así como por fallas en los equipos y/o retrasos en mantenimiento. En 20174, el índice de paros no programados de Pemex promedió 31.9, mientras que la referencia internacional es de 4.5. Es decir, Pemex tiene 7 veces más paros no programados en sus refinerías, que el promedio internacional.
Acorde a informes de , la principal causa de que se den estos paros no programados es la falta de suministro de hidrógeno, representado el 63% del total de los paros. El hidrógeno, a su vez, es utilizado para reducir la cantidad de azufre en los combustibles y, como se mencionó previamente, el SNR está diseñado para refinar crudos ligeros y con bajos niveles de azufre . Por ende, un retraso en el suministro de hidrógeno, deriva en una menor producción diaria de petrolíferos.
Por estas razones, el SNR opera a menudo en subcapacidad: la refinería que tuvo el mayor promedio de eficiencia en los últimos 18 años fue la de Tula, operando a 87% del total de su capacidad; mientras que la más ineficiente fue la de Madero, que promedió una tasa de 65% en dicho periodo. Sin embargo, al analizar el nivel de eficiencia por año y por refinería, se observa que la de Madero, en 2012, fue la más eficiente, alcanzando un 99% de uso de capacidad instalada, produciendo 183 mil barriles diarios (mbd). Al aplicar este último ejercicio para la observación más ineficiente, resultó también el complejo de Madero, que en 2018 ha promediado una tasa de 15%, produciendo 27 mbd; es decir, 85% menos que lo que llegó a alcanzar en 2012. La alternancia de resultados refleja la alta variabilidad que pueden tener algunas refinerías e, indirectamente, refleja los altos costos de ineficiencia que esto representa.
Durante 2017, el SNR operó, en su conjunto, al 49.6% del total de su capacidad5, muy por debajo del promedio del mundo (83.5%), de la OCDE (87.8%) y de otras zonas geográficas (ver figura 3).
4 Causa 3: Presupuesto asignado a Pemex TRI
Algunos autores coinciden en que la refinación en México comenzó a disminuir desde la década de los 80, debido a que la política petrolera dedicó la mayoría de sus recursos al desarrollo del yacimiento de Cantarell . En línea con ello, el presupuesto destinado a Pemex TRI (y Pemex Refinación, en su momento), ha permanecido muy constante en términos reales6: de 20027 a 2018 ha crecido a una tasa anual promedio de 0.7% anual.
Como consecuencia, Pemex TRI ha aumentado la importación de petrolíferos con el fin de satisfacer la demanda nacional. En la figura 4, se observa un efecto espejo que muestra la relación negativa que existe entre el presupuesto asignado a Pemex TRI y el volumen de importación de estos productos. Es decir, cuando la paraestatal recibe recursos suficientes para refinar, la cantidad de litros importados disminuye y viceversa. Debido a que el presupuesto se ha mantenido a una tasa prácticamente constante a lo largo de los últimos 16 años, el volumen de importaciones ha crecido hasta llegar a ser, en 2018, 160.2% mayor que lo importado en el año 2000.
5 EJercicio de escenarios de eficiencia en el SNR
En este año, la oferta nacional de petrolíferos ha estado conformada en 56.8% por importaciones, y 43.2% por producción nacional, sumando 1,648 mbd. Del cuadro 1, se observa que, si el SNR estuviera operando al 100% de su capacidad actual, sólo sería necesario importar 33 mbd, equivalentes al 2.0% de la demanda total.
Una de las propuestas de política pública de la siguiente administración es la construcción de dos refinerías nuevas (con capacidad de procesar 300 mbd cada una) y la recuperación de eficiencia del SNR. En el caso en que este último alcanzara operar al nivel de promedio internacional (83.5%), y que dichas refinerías nuevas operen también bajo esos mismos estándares, se tendría una producción nacional de 1,849.5 mbd, cantidad que satisfacería la demanda nacional y tendría, incluso, un excedente de 12.2%.
Sin embargo, es preciso tener en cuenta que las fuerzas del mercado son dinámicas; es decir, que tanto oferta como demanda cambian con el tiempo. Un ejemplo de esto, es que en el 2000 la importación de gas licuado y combustóleo representó el 66.0% del total de importación de petrolíferos, mientras que ese conjunto representa, para 2018, sólo el 6.2% del total. Esto sugiere que el SNR debe contar con las herramientas flexibles suficientes para adecuar su oferta a las necesidades del mercado.
6 Comentarios finales
La combinación de factores geológicos, financieros y administrativos, ha llevado a que el SNR opere a niveles por debajo de su capacidad. Si la próxima administración busca mejorar la industria de la refinería nacional y así aumentar la seguridad energética , deberá contar con una serie de factores que permitan obtener (1) mayores tasas de extracción de crudo, (2) mejoras administrativas que permitan reducir la falta de suministro de hidrógeno a las refinerías (que consecuentemente deriven en que éstas operen a un nivel más cercano al de su capacidad instalada), y (3) capital suficiente que permita la reconfiguración de las refinerías (con el fin de que puedan procesar otros tipos de crudo) y su mantenimiento.
La política de petrolíferos deberá competir por recursos con otras políticas de gasto considerables, como la de pensiones, apoyo a ninis y la reingeniería del gasto, en general. El reto de la próxima administración, para alcanzar seguridad energética, será lograrlo en un entorno donde el espacio fiscal se encuentra acotado y con poco margen de maniobra para hacer política pública.