En 2023, el Gobierno Federal prevé destinar 10 mil 315 millones de pesos (mdp) para el Desarrollo Infantil Temprano (DIT). Incorporar a los 8.2 millones de niñas y niños que no asisten a programas de educación inicial y preescolar requeriría, al menos, duplicar la inversión actual en DIT. En 2018, el 19.9% de las infancias de 3 a 5 años tenían rezago en su desarrollo temprano impulsado por el atraso en habilidades de alfabetización. Incrementar la inversión en educación temprana y preescolar es fundamental para garantizar un desarrollo adecuado en la niñez y sentar las bases para un futuro próspero.
1 Desarrollo Infantil Temprano (DIT)
Las niñas y niños son el colectivo más vulnerable y, por tanto, el que más sufre las crisis y los problemas del mundo. Existen alrededor de 249 millones de niñas y niños menores de 5 años en países de bajos y medianos ingresos, en riesgo de no alcanzar un desarrollo adecuado debido a la extrema pobreza (UNICEF 2016).
Garantizar el bienestar y el Desarrollo Infantil Temprano (DIT) es una condición esencial para cumplir con la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, la cual promueve los derechos de la infancia y supone una oportunidad para proteger a todas las niñas y niños bajo la consigna de no dejar a nadie atrás.
La Agenda de Desarrollo Sostenible establece que en 2030 todos los niños y niñas tengan acceso a servicios de atención y desarrollo de la primera infancia (meta 4.2).
Invertir en el desarrollo de la primera infancia es esencial para que más niños, niñas y comunidades prosperen (UNICEF 2016).
Esta investigación tiene por objetivo analizar los niveles de DIT, y su presupuesto. Los niveles de DIT en México se analizan por regiones y estrato de ingresos. También se estiman los recursos necesarios para brindar acceso educativo a la primera infancia.
2 Índice de Desarrollo Infantil Temprano (ECDI)
Para medir el progreso de la meta 4.2 de la Agenda 2030, el UNICEF propuso el ECDI, por sus siglas en inglés. Este índice mide el desarrollo de la primera infancia respecto a 4 ámbitos (Cuadro 1) (INEGI 2018):
- Alfabetización
- Físico
- Social y emocional
- Aprendizaje
En México, 8 de cada 10 niños y niñas de 3 a 5 años se desarrollan adecuadamente en términos de salud, aprendizaje y bienestar1. Sin embargo, este nivel se encuentra por debajo de otros países de la región como Cuba, Uruguay, Argentina y Costa Rica (UNICEF 2021).
En 2018, las infancias de México presentaron mayor rezago en el ámbito de alfabetización, solo 24.3% mostraron tener las habilidades básicas de lectura y escritura en edad temprana. En contraste, el ámbito de aprendizaje fue el que mostró mayor avance; 98.2% de las infancias lograron seguir instrucciones simples (Cuadro 1).
2.0.1 Desigualdad por regiones
El desarrollo infantil fue desigual entre las regiones del país. Las infancias de la región sur tuvieron mayores rezagos (73.1%) en comparación con el centro del país, que es la región que mostró un mayor desempeño (86.7%) (Figura 1).
Las regiones Norte y Centro presentaron el mejor desempeño en el ámbito físico y de aprendizaje, sin embargo, la región de Ciudad de México y Estado de México fue la que tuvo mejor desempeño en el ámbito con mayores desafíos: alfabetización.
2.0.2 Desigualdad por estratos de ingresos
Los niveles de desarrollo infantil fueron superiores en el estrato de ingresos más alto. Mientras que el ECDI en el estrato alto fue del 84%, en el estrato bajo fue del 78% (Figura 1).
En cuanto a las habilidades de alfabetización, solo el 17% de las infancias del estrato más bajo mostró habilidades lecto escritoras, en comparación con el 32% de las infancias del estrato alto. Respecto al desarrollo socioemocional, las infancias del estrato medio alto fueron los que mostraron mayor avance.
3 Presupuesto para Desarrollo Infantil
La inversión en el desarrollo de la primera infancia permite desarrollar capacidades y habilidades desde los primeros años de vida y disminuir las desigualdades (BID 2019).
En 2023, el Gobierno Federal destina 10 mil 315 mdp para el DIT, equivalente a 0.03 puntos del PIB o 0.12% del gasto público total mediante cinco PPs (Cuadro 2).
De 2018 a 2023, el presupuesto para DIT disminuyó 4.1%, en términos reales, debido a que Servicios de educación básica en la CDMX recibió 2 mil 432 mdp menos para la atención de la primera infancia (Cuadro 2). En 2021, el presupuesto para DIT alcanzó su nivel más bajo, 9 mil 565 mdp, en esta ocasión la disminución fue resultado de menores recursos para Educación inicial y básica comunitaria. Este programa tiene como propósito que niñas y niños de localidades de alta y muy alta marginación concluyan los niveles escolares.
3.0.1 Gasto per cápita y cobertura educativa
De 2018 a 2023, el gasto por alumno aumentó $86 pesos, al pasar de $2,597 a $2,683 pesos2. El presupuesto per cápita permite conocer cuál sería el monto destinado, en teoría, para cada menor de 5 años que recibe educación temprana. Este gasto puede incrementarse por dos vías: una disminución en la matricula o un aumento en el presupuesto.
El aumento en el gasto por alumno fue resultado de una caída en la matrícula educativa pública; 295 mil 763 niños y niñas quedaron fuera de programas de educación inicial y preescolar derivado de los efectos por la COVID-19 (Figura 2).
La baja inversión pública en DIT puede generar mayores desigualdades en el futuro para las infancias, pues delega las responsabilidades de desarrollo a las familias. El gasto público per cápita en DIT representa una séptima parte de lo que reciben las primeras infancias con mayores recursos en el país3 (CIEP 2022a).
Educación inicial: 3.5% de cobertura. En 2023, 6.1 millones de infantes no reciben educación inicial. De los que asisten, 43.4% lo hacen en educación pública y 56.6% en educación privada. La cobertura educativa es 0.7 puntos porcentuales menor a la cobertura de prepandemia.
Preescolar: 67.5% de cobertura. En 2023, 2.1 millones de la niñez no asiste al preescolar. De los que asisten, 86.5% lo hacen en educación pública y 13.5% en educación privada. Tampoco se han logrado recuperar los niveles de prepandemia; la matrícula disminuyó 4.9 puntos porcentuales.
3.0.2 Brecha presupuestaria
En México, la principal limitante del DIT es el acceso a educación de calidad que se refleja en los bajos niveles de alfabetización (Cuadro 1). En 2023 brindar educación al total de la primera infancia requeriría 32 mil 236 mdp, esto es 21 mil 921 mdp más de lo que se invierte actualmente, equivalente a 0.07 puntos del PIB 4.
Entre 2018 y 2023, se ha identificado una brecha presupuestaria, que equivale a entre 2.0 y 2.3 veces el presupuesto actual en DIT (Figura 2). No obstante, esta estimación no considera una evaluación de la calidad y eficacia de los programas que actualmente se destinan al DIT.
Tampoco se contemplan las razones multifactoriales de la inasistencia a educación temprana tales como la falta de confianza en las instituciones que brindan estos servicios, las distancias y el tiempo que requiere llevarlos o la decisión de cuidarlos en casa.
La falta de priorización de la educación en los primeros años de vida limita los retornos de las inversiones en etapas posteriores de la vida y que la educación garantice igualdad de oportunidades principalmente para los hogares más pobres (CIEP 2022b).
4 Implicaciones de política pública
Actualmente, 8.2 millones de niñas y niños no asisten a programas de educación inicial y preescolar y 7 de cada 100 menores de 5 años quedaron fuera de la escuela derivado de los efectos de la COVID-19 y por la ausencia de seguimiento y mecanismos de control para medir la participación y enseñanza de las clases a distancia, así como por la falta de priorización presupuestaria a la educación.
La falta de asistencia a la educación temprana es multifactorial; sin embargo, duplicar la inversión en el desarrollo infantil podría incrementar el acceso a educación en la primera infancia y al desarrollo de habilidades de alfabetización (principal limitante del DIT). Esta inversión debería enfocarse en PPs que brinden educación integral de calidad en la que se procure salud y estimulación de las infancias.
En 2023, el Gobierno Federal invierte únicamente 0.03 puntos del PIB o 0.12% del gasto público total al DIT. Estos recursos son insuficientes para garantizar un desarrollo adecuado, en términos de salud, acceso a educación y bienestar para la primera infancia.
La ausencia de inversión pública en desarrollo infantil generará mayores desigualdades en el futuro para las infancias, pues delega las responsabilidades del desarrollo de las infancias a las familias, muchas de las cuales cuentan con recursos limitados.
Las intervenciones tempranas, oportunas y de calidad durante los primeros años de vida tienen implicaciones en el desarrollo humano, social y económico del presente y del futuro. Las infancias que hayan recibido educación de calidad y servicios de salud tendrán mejores oportunidades de desarrollo en el futuro.
- Este indicador se calcula con datos de la ENSANUT 2018.↩︎
- Considera el presupuesto total para el DIT entre la matricula pública de educación inicial y preescolar (Cuadro 2).↩︎
- La primera infancia del decil X gastó en promedio $18,158 pesos anuales en el DIT.↩︎
- Esta brecha estima el monto presupuestario requerido para cubrir la cobertura considerando el gasto que actualmente se destina al DIT por alumno: $2,683 pesos.↩︎
