En el presente boletín, se abordará la transición demográfica que México está atravesando y el posible impacto que ésta puede tener en las finanzas públicas bajo el actual sistema fiscal.
Contexto
El envejecimiento de la población, que se ha venido presentando en México desde los 60’s y que se intensificará en las próximas décadas, representa un gran reto para las finanzas públicas y para el actual sistema fiscal. Esta transición generará presiones fiscales por una necesidad de aumentar el gasto público (mediante los pasivos contingentes), ante un esperado escenario de disminución en la recaudación tributaria.
Para entender y visualizar este cambio, es necesario identificar sus orígenes, observar la trayectoria de los indicadores demográficos en el tiempo y prever los impactos esperados en los ingresos del sector público. De este modo, conocer la magnitud de la carga de la transición demográfica.
Gráfico 1. En la década de los 60’s, se observó el punto más alto en la tasa de crecimiento total del país, situándose en niveles del 3.5% anual. Posteriormente, dicha tasa ha disminuido de manera gradual, llegando al 0.7% en 2011. Se espera que, a partir de 2042, comience esta tasa a ser negativa[1].
Hallazgos
Es importante considerar la estructura demográfica y su dinámica a través del tiempo. Esto permite conocer el tipo de servicios que se van a demandar y quién puede financiarlos.
Gráfico 2. Ahí se observa la transformación en la estructura poblacional para los años de 1970 a 2050. La pirámide pasará de una forma triangular, con la población concentrada entre 0 y 20 años, a una forma rectangular e, incluso, abultada en la parte superior (i.e. un envejecimiento en la población).
Gráfico 3. Las generaciones más numerosas, aquellas nacidas entre 1960 y 1980, ingresarán al grupo de mayores de 60 años a partir del 2020. De este modo, la proporción de este grupo pasará de ser del 7% en el 2000, a un 28% en el 2050.
Gráfico 4. En 2010, por cada pensionado, había 8.2 trabajadores que cotizaban en alguna de las diferentes instituciones de salud. Se espera que dicha proporción llegue a 2.7 en 2050.
Durante el periodo 2005-2030, el índice de dependencia[2] será menor a 60 personas en edad dependiente, por cada 100 en edad laboral. Después de este periodo, el índice irá en aumento (i.e. mayor dependencia).
Implicaciones
La seguridad social, dentro de la cual se encuentra el sistema de pensiones, es de los principales temas que se abordan cuando se habla de una transición demográfica.
México se transformará gradualmente en un país con más viejos, traduciédose en una menor proporción de ocupados por cada pensionado. Esto represente menor recaudación tributaria para solventar las obligaciones adquiridas con éstos.
La sustentabilidad del sistema de seguridad social se ve potencialmente afectada a medida que se detone la demanda de servicios a las instituciones de este rubro, generando altas erogaciones. Más aún, las enfermedades en edades avanzadas pueden requerir tratamientos más costosos y mayores periodos de hospitalización. Habrá que considerar el aumento en la esperanza de vida, la cual se espera que llegue a 82 años en 2050[3].
Por otro lado, también se verían afectados los ingresos tributarios del gobierno, principalmente el ISR.
El ISR es el impuesto que mayor recaudación genera (ver documento “Perfiles por edades: Impuesto Sobre la Renta”). Por ejemplo, para el año 2012, está programado que los ingresos tributarios representen el 63% de los ingresos totales de la federación. Específicamente, el ISR representa el 51% de los ingresos tributarios.
Es importante prever el impacto que dicho cambio pueda tener en los aspectos ya mencionados (seguridad social, sistema de pensiones, ingresos tributarios, etc.) por lo que se vuelve necesario tomar medidas lo más pronto posible, con el fin de disminuir los posibles problemas que se pueden presentar, de mantenerse el actual sistema fiscal.