El tabaquismo es un problema mundial que afecta a aproximadamente 1,300 millones de personas alrededor del mundo. Su consumo tiene efectos nocivos no solo en la salud, sino en la economía y calidad de vida, presente y futura de las personas.

El gasto en tabaco desplaza el gasto de los hogares en otros bienes y servicios. En el caso de México, el gasto en tabaco reduce el gasto de bienes y servicios esenciales, como educación y salud e incrementa el consumo de bienes nocivos, como las bebidas alcohólicas. Esto sucede en todos los niveles de ingreso. Sin embargo, los efectos son más pronunciados en los hogares de ingreso bajo. Cuando el gasto en tabaco se incrementa, por ejemplo, a raíz de los habituales aumentos de precios realizados por la industria tabacalera, este desplazamiento se exacerba.

Adicionalmente, el consumo de tabaco genera un efecto empobrecedor en la población. Esto quiere decir, que debido al gasto que algunas familias le asignan al consumo de tabaco, los recursos restantes son inferiores a la línea de pobreza. En México, 909,132 personas terminan con recursos disponibles inferiores a la línea de la pobreza extrema a causa del gasto en tabaco y del gasto en enfermedades relacionadas al tabaquismo.

Las políticas de control del tabaco logran reducir el consumo de tabaco. Las reducciones en gasto en tabaco liberan ingresos que los hogares pueden destinar a salud, vivienda y educación. Las medidas fiscales no solo son efectivas para reducir la prevalencia y consumo de tabaco, sino que también permiten generar recaudación adicional que puede utilizarse para financiar la implementación de políticas integrales de control del tabaco destinadas a cesación, así como al financiamiento a los sectores de la salud y educación.

Efecto empobrecedor del tabaco

El tabaquismo es un problema mundial que afecta a 1300 millones de personas, de las cuales alrededor del 80% vive en países de bajos o medios ingresos (World Health Organization, 2020). Además de ser un problema de salud, el tabaquismo también representa un reto económico y social. Desde la perspectiva de crecimiento y desarrollo económico, el consumo de tabaco implica una fuerza laboral menos saludable y por lo tanto menos productiva, costos de atención médica crecientes y la degradación del medio ambiente (Hussain, et al., 2018).

A pesar de que las personas de ingresos más altos gastan una mayor cantidad que las personas de bajos ingresos en tabaco, cuando se mide como porcentaje de su ingreso total, las personas de ingresos más bajos gastan una mayor proporción en tabaco (Nguyen & Nguyen, 2020). Esto tiene distintas implicaciones en la distribución del gasto del hogar. Por un lado, deja en una posición vulnerable a los hogares de menores ingresos que no siempre se encuentran en condiciones de atender el costo de las enfermedades causadas por el consumo de tabaco; y por otro lado puede causar distorsiones en la asignación de otros gastos del hogar.

Dado el presupuesto limitado de un hogar, el gasto en tabaco puede significar una reducción en los recursos disponibles para alimentación, educación, salud y otros componentes indispensables para el desarrollo humano. A esta idea se le conoce como desplazamiento de gasto o efecto crowding-out. Algunas de las áreas estudiadas por el desplazamiento del gasto en tabaco son la educación, los alimentos, los gastos en salud, los gastos en vivienda, la vestimenta, el transporte, el entretenimiento, entre otros (John, et al., 2019).

El costo de oportunidad de consumir tabaco es muy alto para los hogares con ingresos más bajos, pues implica dedicar menos ingreso a la educación de los hijos, sustituir alimentos por menor calidad nutricional y afectar las condiciones de salud de las personas del hogar (World Health Organization, 2020). Debido a que los alimentos son posiblemente el bien más indispensable, el efecto crowding-out suele ser menor que en la educación y en la salud, mientras que la educación es el principal componente afectado por el consumo de tabaco.

Desde inicios de este siglo se han puesto en marcha esfuerzos por cuantificar el efecto del crowding-out, principalmente en China (Wang, et al., 2006), Bangladesh (Hussain, et al., 2018), Vietnam (Efroymson, et al., 2011), Taiwán (Pu, et al., 2008) e India (John, et al., 2011); sin embargo, son pocos los estudios que toman en cuenta a países de Latinoamérica. En un estudio en donde se analizó el efecto crowding-out en 40 países, incluyendo latinoamericanos, de ingreso bajo y medio, se encontró que un incremento en el gasto en tabaco desplaza el gasto en educación y salud mientras que no se pudo encontrar una relación consistente con el gasto en alimentos (Do & Bautista, 2015). En un estudio específico para Chile se encontraron resultados similares: un incremento en el gasto en tabaco desplazó el gasto asignado a salud y educación (Paraje & Araya, 2018).

Cuando el gasto en educación se ve comprometido por el consumo de tabaco, los principales afectados son los niños del hogar, puesto que reduce su potencial de ingresos futuros y a su vez crea una brecha intergeneracional de largo plazo (World Health Organization, 2020).

A diferencia de los alimentos y la educación, el efecto en el gasto en salud no es tan claro y puede variar dependiendo de cada caso, pues se presentan dos efectos contrarios (Do & Bautista, 2015). Por un lado, el consumo de tabaco está asociado con un mayor gasto en salud por las enfermedades que esta causa; sin embargo, la reducción del ingreso disponible causado por el consumo de tabaco puede reducir la posibilidad de atender problemas de salud. Por ende, la dirección y la magnitud del efecto crowding-out en la salud depende de la magnitud de ambos efectos contrarios.

Conforme se dedica una mayor proporción del ingreso disponible al tabaco, se reduce la capacidad de los hogares de cubrir las necesidades básicas. Esto crea un círculo vicioso que agrava el estado de pobreza de las personas y por ende produce un efecto empobrecedor (John, et al., 2011). El efecto empobrecedor afecta principalmente a los hogares en pobreza que no cuentan con los ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, así como a los hogares que tienen los recursos básicos necesarios, pero caen en pobreza secundaria debido a su gasto relacionado al tabaco.

Existen cuatro maneras en las que el consumo de tabaco puede afectar directamente el estado de pobreza de un hogar:

• Compra de tabaco: Al destinar recursos monetarios al tabaco, se reduce el ingreso disponible de las familias para otros bienes y servicios básicos.
• Tratamiento de morbilidad relacionada con el tabaco: Los costos asociados con enfermedades derivadas del tabaco incrementan tanto para los fumadores directos como para los fumadores pasivos (los fumadores pasivos son aquellos que no fuman, pero respiran el humo de tabaco ajeno o humo de segunda mano) (Organización Mundial de la Salud, 2015). Esto ocasiona una reducción en el ingreso disponible del
• Costos indirectos: Esto incluye el valor de la pérdida en la productividad y los días adicionales que no se puede trabajar debido a problemas de salud derivados del consumo de tabaco (Tobacconomics, 2019).
• Mortalidad relacionada con el tabaco: Las enfermedades relacionadas con el tabaco suelen causar muertes prematuras y por tanto disminuyen los ingresos futuros, lo que afecta directamente en el bienestar y desarrollo de los otros miembros del

No existen muchos estudios que estimen el efecto empobrecedor del tabaco en países latinoamericanos, sin embargo, existe evidencia de países en otras regiones. En India, se estima que al considerar el gasto en tabaco se incrementa la pobreza urbana en 0.72% y la rural en 1.5%. Asimismo, los gastos de bolsillo en enfermedades relacionadas al tabaco incrementarían la pobreza urbana y rural en 0.07% y 0.09%, respectivamente. Esto representa un incremento de personas que viven debajo de la línea de la pobreza en 15 millones (John, et al., 2011). En Bangladesh, se estima que 10.5 millones de personas con malnutrición podrían tener una dieta adecuada si no se gastara en tabaco, salvando la vida de 350 niños al día (Efroymson, et al., 2001).

La importancia de implementar medidas para reducir el consumo de tabaco radica en que su consumo no solo tiene consecuencias en la salud de las personas, sino que el gasto en tabaco desplaza el gasto en bienes y servicios como la salud y la educación y causa que personas que viven con un ingreso ligeramente por encima de la línea de pobreza caigan en pobreza.

Para más información consultar el documento Desplazamiento de gasto y efecto empobrecedor del tabaco en México.