Desindexar el salario mínimo y dejarlo de tomar en cuenta como una unidad económica tendría impactos en el financiamiento de la seguridad social, ya que los principales ingresos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) provienen de conceptos sujetos al salario mínimo (cuotas obrero-patronales y aportaciones del Gobierno Federal). En caso de desindexar el salario mínimo, se deberán de definir otras formas de recaudación de cuotas.
El IMSS, que provee de servicios de salud y pensiones a 80% de la población afiliada a alguna institución de seguridad social, se financia por tres vías: cuotas obrero-patronales, aportaciones del Gobierno Federal y conceptos como intereses u otros productos financieros. Actualmente, las cuotas y aportaciones dependen del nivel de empleo y del nivel de salario mínimo, por lo que desindexar éste implicaría cambios en la recaudación y financiamiento del IMSS.
En el “Informe al Ejecutivo y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del Instituto 2013-2014”, el IMSS proyecta que su déficit aumentará en los siguientes 10 años; de 7 mil a 44 mil millones de pesos. Por lo tanto, es de gran importancia definir otra forma para que el IMSS siga recaudando las cuotas obrero-patronales, así como el monto que el Gobierno Federal destina a aportaciones de la seguridad social.
La desindexación del salario mínimo es una nueva oportunidad para el IMSS de aumentar sus ingresos a través de una mejor recaudación de cuotas; por ejemplo, por medio de una cotización uniforme, -conocida como cuantía fija- o la contribución por categorías. Sin embargo, debido a que muchos conceptos se definen a partir del salario mínimo, el desindexar el salario mínimo deberá generar reformas profundas.