Según el mismo poder Ejecutivo, la disposición de recursos, por parte del sector público, ha sido limitada para la atención de las prioridades sociales, básicamente, por 2 factores: primero, porque las rentas petroleras son altamente volátiles, por lo que, en periodos de shocks en los precios –como el actual–, reducen notablemente la capacidad de maniobra del gobierno; y, por consiguiente, segundo, porque existe una baja recaudación tributaria y subnacional (rondando, esta última, el 0.6 % del PIB, comparado con un 10.1 % en Brazil o un 4.4 % en Argentina (Gómez Sabaini and Jiménez, 2011)). De esta forma, tanto el gobierno federal como –especialmente– los gobiernos subnacionales, recaudan tributariamente poco, haciéndose altamente dependientes –y vulnerables– del petróleo.
Paralelamente, también existe una necesidad en la revisión del gasto público, para reducir ineficiencias y mejorar su calidad. El presente boletín expondrá los primeros resultados de la Reforma Hacendaria, tras un año de su implementación, contrastando 3 objetivos de la misma con los resultados observados y estimados.
Durante el Paquete Económico 2014, se presentó, por parte del Ejecutivo Federal, una Reforma Hacendaria, cuyos objetivos básicos eran:
Tras un año de su implementación, aunque todavía es poco tiempo para la determinación de los efectos en el largo plazo, es posible observar, al menos, los primeros resultados y la fuerza inicial que dicha reforma ha tenido para lograr los puntos anteriores.
La Figura 1 evidencia 3 aspectos a resaltar:
La Figura 2 expone 4 elementos a considerar:
Si se compara la incidencia –i.e. quién y cúanto paga– del Cuadro 3, entre los escenarios con y sin Reforma Hacendaria, se puede observar una ligera disminución en la desigualdad. Es decir, si se utilizara el ingreso bruto de los deciles y se le descontara únicamente los impuestos del ISR para personas físicas, el IVA no petrolero y el IEPS sin carbono ni plaguicidas, el Gini bajaría de un 0.5240 a un 0.5184; i.e. una disminución de 0.0056 puntos. Lo anterior se deriva a que los individuos de altos ingresos pagarían, proporcional y absolutamente, más impuestos que aquéllos de menores ingresos. La tasa efectiva se refiere a la proporción de impuestos que cada decil paga en promedio, respecto con su ingreso bruto promedio.
Promedio anual, per cápita. Pesos de 2015.
De los 3 puntos descritos como objetivos de la Reforma Hacendaria para el año 2014, específicamente, sólo se ha concretado uno, aunque de forma limitada. La sostenibilidad fiscal aún no ha sido abordada con la prontitud expuesta por su misma exposición de motivos. Asimismo, el aumento de los recursos tributarios ha sido también reducido, dejando al sistema todavía dependiente de los ingresos petroleros y también, de manera muy importante a resaltar, de la deuda. Por último, si bien se puede esperar que la Reforma Hacendaria logre una menor desigualdad, la magnitud con la que hace lo anterior es aún de baja intensidad.
Es importante mencionar que la solución de la sostenibilidad y del saneamiento de las finanzas públicas trasciende a un mero aumento de los impuestos o a una reducción del gasto público. Diversos mecanismos pueden considerarse, por ejemplo: aumentos en los salarios promedio (para un mayor pago de impuestos), mejoras en la productividad y en el capital humano (para una mayor actividad económica), mayores incentivos para reducir la informalidad e, inclusive, un mayor apertura a la migración (por la productividad y la relativa juventud que los caracterizan).